Arabella Salaverry. Escritora y actriz. Premio Nacional de Literatura Aquileo J.
Echeverría 2016 rama cuento y 2019 rama poesía.
Estudia Artes Dramáticas y Filología (México, Venezuela, Guatemala y
Costa Rica). Publica en editoriales nacionales y en España: Rastro de sal
y El sitio de Ariadna, novelas; Infidelicias
e Impúdicas, además de Íntimas,
cuentos; así como nueve poemarios. La
Editorial Nueva York Poetry Press publicará su poemario Afrodita Anochecida en
fecha próxima. Presente en
antologías, periódicos, revistas y blogs literarios en América, Europa y Asia.
Escenarios han albergado su voz en recitales personales en Brasil, Argentina,
México, España y Panamá. Traducida a múltiples idiomas. Ocupó la Presidencia y
la Vicepresidencia de la ACE (Asociación Costarricense de Escritoras) y dirige
el Grupo EL DUENDE. Ha creado el proyecto cultural PALABRAS VIAJERAS, con el
cual edita la primera antología bilingüe con poesía de 50 mujeres poetas, así
como la antología Acercándonos a Gaia. Comentarista en la revista
digital La Revista cr. Arabella.salaverry@gmail.com
Soy del mar
Soy del mar
A golpe de espuma me sustento
Soy una con la ola
y en su inmensa presencia
me reencuentro
La memoria de la sal
me resume
en un grano de arena
siento
el camino de astros
de planetas
Soy del mar
Entiendo con él
el significado de estar viva
Entre sus aguas bebo
desde mi dimensión escasa
la húmeda condición
de animal cósmico
Sí
Soy del mar
en el mar desato mis fronteras
cabalgo huracanes
y domestico tormentas
(Del poemario Búscame en la palabra)
Caribe
(una vez más el mar oliendo a Caribe)
Ese
clamor de mar
vivido
como único destino
donde
los deseos se diluyen
en
partículas saladas
recordatorio
de lágrima
presencia
rumorosa de la vida
allí
y sólo allí no caben responsos
heridas
tristeza
itinerante
Vedado
el dolor
por
la fuerza que desata
y
revierte hacia el cielo
en
un juego incesante
vaivén
de la esperanza
fuego
que aniquila
Y
la sal
Siempre
la sal
dibujando
senderos
para
abofetear fronteras
soliviantar
las ansias
liberarte
desatarte desnudarte
exponerte
de par en par
con
tus ventanales abiertos
porque
puede más su luz que los cerrojos
Contienes
al mar
el
mar te arrastra
te
signa con vendavales
para
ir haciendo ruta
en
donde eres una
con anegados
santuarios
Esa
llave para abrir horizontes
te
la confiere el mar
el
timón de mando es tuyo
te
lo regala el mar
mientras
cabalgas tormentas
navegas
huracanes
tejes
ciudades enredadas
en
el laberinto de sus arrecifes
Inventas
ciudades dormidas en sus costas
con
calles cuyo destino es arena
litorales
para las más altas ceremonias
Te
dedicas a anubarrar tu grito
expresar
así esa ansia de caminos
ese
levante de corazón abierto
ese
alarido preñado
ese
regreso a los orígenes
El
temblor visceral que te acomete
con
la sola dimensión de su presencia
(Del poemario Dónde estás Puerto Limón)
V
Llegan dando tumbos
desde impensados territorios
Gaviotas que bullen sobre el olor del mar
se congelan redimiendo el cansancio
Y en esa ausente transparencia
encuentran putrefacción de peces
mareas de petróleo
redes amarrando el vuelo
No lloran porque no saben cómo
Simplemente murieron
(Del
poemario Llueven pájaros)
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