JUANA
MARÍA NARANJO ZÁRATE nace en la CDMX.Poeta,escritora,cronista, motivadora a la
lectura.
Licenciada
en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM.
Ha impartido talleres literarios en INBA,
UAM,
IMSS, INAH y algunas Universidades del
norte y del sur de la República Mexicana. Tallerista del
Taller
para Talleristas. Mención Honorífica del 3er Concurso de Haikú en español, por
la Japan Airlines en
1991.
Miembro de la Sociedad General de Escritores desde 1992. Con cinco títulos de Haikú en Editorial
Praxis
de México, D.F. Mariposas de Luz, 1993; Llovizna indeleble, 1995; Sable al
silencio, 1996; Privilegios
del
alba,2000 y Aura en la retama, 2003. Incluída en la Antología Por el Camino del
Haikú, editado por la
Torre
de Lulio, 2014. Incluída en la antología de cuentos Mundos Extraños, editada
por Alja ediciones 2018.
En
el Barro Humedecido de los Siglos, es su más reciente título, editado por Arde
Editorial Chihuahua,
Colección
de Poesía Colibrí, enero 2021, Ciudad de México.
DESPUES DE LA TORMENTA
Después
de la tormenta
el sopor húmedo
sobre la fronda del limonero
desde el inaudito
sesgo de la brizna que no cesa
a medianoche
y los
grillos desde su tremor antiguo
seguramente
desparraman su convite en artilugios y cantos;
en
cadencias gregorianas
tundidos
en la negritud de la noche
en los
recovecos de la piedra,
en las
ermitas ahuecadas
que de la
sombra les da la luz;
bajo el
doblez del séptimo día de agosto,
para
trocar y tocar
el
inédito cielo del alba con su canto,
hasta que
amanezca en el póstumo silencio
de la
línea trémula del horizonte
junto al
azogue hasta el estero;
ahí donde
el viento dobla su hálito de señor del tiempo
y los cenzontles regresan
al camino de las araucarias
ahí, justo allí
en el
festín de la mañana de ámbar
donde abren el alma cálida las ceibas,
al toque diáfano de la luz nueva.
LA NOCHE ENTERA Juana María Naranjo Zárate.
Desde
la gran sombra que abreva la noche negra
se
ayuntan los díceres del día
agazapados
en los filosos cintilos de
las estrellas
y en el techo del cuarto de libros
revierten
el silencio y pródigos balbucen
su
verdad atesorada entre muros;
secretos
abigarrados
de las palabras
desde tiempos inmemoriales
en cautivos ecos;
célebres voces en ávidas
resonancias
bajo el badajo
de la vieja campana que no calla
y esparce cratila la
voz verdadera
que hace surcar en la diafanidad
del viento
la diáfana edad
el sonido profundo de metal
y hace temblar el orbe
y retumba sórdida
y hiere el instante frío
en tañidos acendrados y lascivos,
en el legado del tiempo
es el niño viento, asombrado
entre briznas inéditas y rocío
que manan entre aromas
de inusitados jazmines al
paso;
y se vuelve ligero
despabilado
y renacen trinos nuevos
en fulgores de sonidos
desde el hado las palabras que cautivan
en sus cardinales
lindes
tan diáfanas
tan renovadas
y suturan cadenciosas la
mirada:
al norte, el sortilegio de la estrella
que cuajó en radiante lucero;
al sur, el cenzontle merodeando
el paraíso
olvidado de las ceibas;
al este, el síncope de cristal y
el astrolabio
marcando lumínicas rutas;
y al oeste, la voz verdadera de
las sonoras cuerdas de la cítara
que guarda arborecida
reminiscencias antiguas
en renuevos y artilugios de luz
la noche entera.
AMANECER Por Juana
María Naranjo Zárate.
Despacito
baja la luz del amanecer
como
el mirlo en el aura del ciruelo
como
el viento sutil de los trigos
con
esmerado sigilo
baja en certero
revuelo
entre
las ramas,
en
el silencio prendado
y
prendido
al sínodo del día
albor
de esperanza
es
el hado que posa y reposa
desde
el tremol castísimo, de la mirada
al
cariz de los instantes lumínicos en racimos;
son
los minutos alados
que
tambalean y estremecen
las
almas al paso.
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